La traducción automática (TA) es comúnmente utilizada por muchas personas hoy en día, empecemos por entender de qué se trata y conocer un poco sobre sus orígenes.
La TA es el proceso de trasvase de una lengua a otra, el cual se lleva a cabo mediante un software de traducción, es decir, mediante un programa de computadora. La TA tiene sus inicios en la Segunda Guerra Mundial, cuando los militares estadounidenses deseaban traducir grandes volúmenes de textos de manera rápida y sin intervención de ningún ser humano, tenían la necesidad de entender el contenido de los mensajes de los rusos y alemanes así como algunos de sus códigos de guerra, de modo que los investigadores de la TA intentaron mediante reglas matemáticas y estadísticas complejas crear una máquina que tradujera cualquier tipo de texto en cualquier lengua, sin embargo, el lenguaje es mucho más complejo de lo que parece ser y no tuvieron éxito alguno.
Luego algunas empresas privadas continuaron con las investigaciones y lograron la primera generación de TA, la máquina realizaba un análisis morfológico del texto origen, luego identificaba la estructura sintáctica y consultaba a un diccionario bilingüe. Después de esto, el programa aplicaba ciertas reglas de orden de palabras de la frase en el idioma meta. Finalmente procedía a la traducción utilizando las correspondencias léxicas de un idioma a otro. Pese al gran logro, este método tenía ciertas desventajas, no podía realizar traducciones de textos complejos y los diccionarios que se requerían no eran compatibles con la capacidad de las computadoras de aquella época.
En la década de los 70, se elaboraron programas con sistema de transferencia, estos analizaban la lengua origen, generaban la lengua meta con reglas de concordancia directas y luego establecían las equivalencias entre los idiomas, además el sistema contaba con diccionarios bilingües.
Actualmente encontramos una gran gama de traductores automáticos gratuitos que se perfeccionan constantemente y que satisfacen la demanda de los usuarios que, debido al mundo globalizado en el que vivimos, su necesidad de tener acceso a todo tipo de información que procede del extranjero se ve incrementada.
Cabe resaltar que muchas veces los resultados que se obtienen de los traductores automáticos no son perfectos y logran confundir más al usuario, es por eso que siempre se necesitará la ayuda de un traductor humano que puede distinguir ambigüedades en el texto y que puede lograr que la traducción no se sienta como tal, sino como un texto que fluye naturalmente evitando que el lector final note que se trata de la traducción de un documento original.
El resultado del traductor automático no debe tomarse como una versión final, sino como un esquema que facilitará la labor del traductor humano quien logrará la perfección del documento y quien se encargará de que las traducciones expresen fielmente el contenido de los documentos originales.