Muchas veces los traductores empíricos (así como principiantes o novatos) cometen errores en una traducción, cómica e irónicamente llamados “horrores”. Muchos dan mucha risa y otros sencillamente producen vergüenza ajena o desagrado al momento de leerlos. Muchos de estos errores se deben a palabras que son muy parecidas en cuanto a su estructura en el idioma de origen e idioma de destino (llamados “falsos amigos”), o sencillamente porque se hace una traducción literal de una frase u oración sin contemplar el contexto de la situación.
En muchas ocasiones un error de traducción puede ser fatal, estos errores se dan en etiquetas e instrucciones de productos farmacéuticos (cuya salud de las personas o animales se vería afectada), en contratos o documentos que involucran un proceso judicial (provocando que el traductor incluso sea condenado a pena privativa de su libertad), en publicidad (originando pocas o cero ventas del producto que se quiere ofrecer) entre otros. Veamos algunos ejemplos.
Un ejemplo de error fatal en una traducción fue lo que sucedió durante la Guerra Fría, en donde realizaron una mala traducción, por decir lo menos, de las palabras del dirigente soviético Nikita Khrushchev del discurso que pronunció en la embajada de Polonia en Moscú, en el que denunciaba la intromisión de Occidente en Egipto, los peligros del capitalismo y las bondades del comunismo. Sus palabras fueron “Les guste o no, vamos a estar presentes en su entierro”, refiriéndose a que el comunismo subsistiría mucho más tiempo y que el capitalismo se vería desaparecido. Sin embargo la traducción que se realizó fue “Los enterraremos”, entendiéndose esto como una amenaza de la URSS con destruir a Occidente. Esto hizo pensar que se produciría nada más y nada menos que una III Guerra mundial.
Un gran ejemplo de error en publicidad es el que encontramos en la traducción del eslogan de American Airlines orientado hacia México. Su eslogan en inglés era “Fly in leather”, refiriéndose a sus asientos de cuero muy cómodos de primera clase. La traducción que se hizo fue literal y esta resultó siendo “Vuele en cuero”, entendiéndose como “Vuele desnudo” en el mercado mexicano.
Adicionalmente, es muy común encontrar errores en folletos, cartas, boletines, avisos, menús de restaurantes, etc. Particularmente los errores en menús de cartas y avisos son realmente abundantes, he aquí algunos ejemplos que hemos podido observar en algunos restaurantes:
- – Traducción de Mate de coca como “kills of cocaine” (vaya traducción…incluso el traductor Google lo traduce perfecto).
- – Traducción de Sopa wantán con chancho asado como “Soup wantám with roasth dirty person”… ¡¡Terrible traducción!!
- – Traducción de lomo saltado (un conocido plato de la comida peruana) como “Join jumped”.
- – Traducción de Seco de chavelo como “Dry Chavelo”.
- – Traducción de Pescado a lo macho como “Male with fish”.
- – Traducción de la palabra Dado (pieza que se usa en los juegos de azar) como “Given” (esto lo encontramos en un libro de inglés para niños…claramente no están recibiendo las clases de inglés adecuadas).
- – Traducción de la palabra Baño como “Bath man”, entre otros.
A modo de conclusión, podemos decir que muchos de estos errores suelen darse porque el traductor acepta un trabajo que está fuera de sus posibilidades y capacidad realizar. Sin embargo, principalmente se dan porque el cliente decide acudir a una persona que “tiene conocimientos de inglés” y por ello ya la considera una persona preparada para realizar la traducción, es decir, un traductor empírico sin estudios en traducción de lenguas modernas, (además que le resulta bastante económico porque le cobra demasiado barato) o porque deciden acudir a traductores automáticos asumiendo que estos arrojarán una traducción bien hecha.
Para evitar que estos errores sigan confundiendo a los usuarios de los productos o servicios, lo recomendable es que el cliente decida acudir a traductores profesionales con experiencia para la debida traducción del texto que desea traducir para el mercado extranjero. El traductor profesional sabrá darle el sentido correcto al texto e incluso podrá llevar a cabo la localización del producto. Es decir, podrá adaptar la presentación del producto para que posea el aspecto y el funcionamiento de un artículo fabricado en un país en concreto.