Sabemos que hoy en día el papel del traductor es muy importante puesto que establece puentes de comunicación entre distintas lenguas y por lo tanto culturas en este mundo globalizado. Ciertamente la traducción en el Perú ha tenido una evolución notable, es por ello que en el presente artículo se hará una breve reseña de la historia de las traducciones en el Perú desde sus orígenes conocidos.
Su origen en el Perú data de la época de la conquista del imperio Inca, cuando jóvenes indígenas (Francisquillo, Martinillo y Felipillo) tuvieron participación como intérpretes en las negociaciones entre el inca Atahualpa y sus funcionarios y los españoles Francisco Pizarro, Hernando de Soto, etc. El último de estos jóvenes, Felipillo, aprendió a hablar quechua y luego castellano oyendo a los soldados de Pizarro. Felipillo acompañó a Pizarro durante todo su trayecto sirviendo de intérprete, sin embargo, su trabajo se considera antiético por haber distorsionado lo que tenía que interpretar entre Atahualpa y los españoles, condenando al Inca a la muerte acusado de traidor.
Pasada la época de la conquista llegó la de la colonización, cuando los monjes se encargaron de difundir la lengua quechua en el Perú, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia para facilitar su labor religiosa; a pesar de esto, muchas trabajos lingüísticos elaborados por los monjes con respecto a esta lengua (diccionarios, traducciones de misales, entonarios, etc.) fueron quemados puesto que no existía mucho interés en ellos, perdiéndose así innumerables obras de alto valor.
Más tarde, la Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, un compendio de las normas legales promulgadas por los monarcas españoles, contenía leyes relativas a los intérpretes. Fue con las leyes de 1563 que la labor del intérprete obtiene un grado profesional: se les determina un sueldo, días y horarios de trabajo, etc.
La creación de la primera universidad de América en 1551, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también contribuyó enormemente con la actividad traductora, puesto que hubo una mayor divulgación literaria.
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, las traducciones en el Perú dejaron de tener un papel protagónico en la política para pasar a tener una actividad en el mundo literario, es en esta época en que escritores como Ricardo Palma, quien defendió siempre la inclusión de vocablos quechuas en el diccionario de la lengua española; Clorinda Matto de Turner, José María Arguedas, entre otros, tradujeron del quechua al castellano y viceversa. Y en cuanto a traductores de la actualidad tenemos a Javier Sologuren, Ricardo Silva Santisteban y César Moro quienes tradujeron del francés al español.
En 1970 se promulgó la Ley del Traductor Público Juramentado para la realización de traducciones juramentadas, traducciones que bajo esa ley comenzaron a llamarse “traducciones oficiales”. Para postular a dicho cargo era necesario contar con título universitario y demostrar el dominio de dos idiomas extranjeros con títulos y pruebas escritas de traducción.
A mediados de los 70 en adelante, los centros de formación en traducción como carrera de cinco años empiezan a jugar un papel importante en la evolución de esta actividad. La Universidad Femenina del Sagrado Corazón fue la primera en ofrecer esta carrera en los idiomas inglés y francés en el año 1968, luego la Universidad Ricardo Palma en los idiomas alemán, francés e inglés en el año 1974, la Universidad César Vallejo en los idiomas francés e inglés en el año 2008 y finalmente la Universidad UPC en los idiomas inglés, francés, chino, portugués y quechua en el año 2011. Asimismo, existen institutos superiores que ofrecen esta carrera con una duración de tres años, tales como Esit, Euroidiomas y Cibertec.
Finalmente, en 1996 se crea el Colegio de Traductores del Perú, institución que agrupa a los profesionales licenciados en traducción e interpretación y que vela por los derechos de sus miembros y por el cumplimiento del Código de Ética del CTP. Este otorga un número de registro a cada uno de sus miembros y certifica las firmas de los mismos. Con la creación del CTP se fomentan la traducción y la interpretación como actividades profesionales contribuyendo así al perfeccionamiento constante de estas prácticas en el Perú.